El Dilema del Servicio Social

En la escuela, ya sea por ley o más bien por querer obtener un título, una de las cosas que debes tener cubiertas para obtener tu preciado titulo es el servicio social, que, como su nombre lo indica, se trata de hacer algo por tu comunidad o en este caso, al principio, algo por tu escuela.

La idea de servir a los demás me encanta, es una manera de retribuir algo a las personas que te rodean, y, si es algo en lo que te gusta, es mejor, pues te alegra mas hacer el servicio.

Por azares del destino, y como consecuencia de mi falta de aptitud a la flojera(¿neta?), no quise darlo en el Edificio C los sábados, aunque la idea me tentó y, gracias a mi, quiero llamarlo “conciencia emocional”, se me ocurrieron ideas de donde dar mi servicio, incluso, pensé –¿y si lo doy en el SAC? (la verdad no se me ocurrió, una amiga me sugirió la idea)- como sea, fui, y no lo tenían en el horario en el que lo requería. Al principio solo pensé que mi primera opción no estaba tan mal: sábados en el C, y por alguna razón no pensé en esa idea con emoción; tenía algo en mente, pero, que por miedo al “no está disponible” no la había considerado, y por consejo de una de mis maestra favoritas, a la que le pondré, “la profesora maravilla”, una maestra joven, con linda sonrisa y una paciencia digna de un papa, a la que le conté mi problema, finalmente hallé el lugar en el que quiero dar mi servicio; haciendo algo que me encanta y en el que (dicen) soy muy buena.

Por el momento, solo puedo agregar que si se da esta oportunidad, es un gran avance en mi vida emocional, que solo puedo decir, es como un cuarto desordenado, pero con el escritorio limpio, digamos que mi vida social y mi vida académica son un poco dispares, soy una estudiante normal, y dedicada, he reprobado materias, no lo niego, pero eso no me detiene, me gusta la música al extremo, escuchar y ver cosas, busco siempre experimentar en algo, aunque a veces meta las 4 , y mi vida social, definitivamente no es perfecta, soy la típica calladita del salón, pero que si se ofrece, está ahí para ayudar o platicar con los demás. Y aún así, sigo por muchas cosas: mi familia, mi deseo de ser alguien genial e importante, mis amigos y otra cosa que al parecer ya no es tan secreta, mi gusto de escribir cosas que me pasan o se me ocurren.